lunes, 10 de diciembre de 2018

HIPIAS, EL QUE HACÍA DE TODO


Notas Filosóficas:

HIPIAS, EL QUE HACÍA DE TODO

Por Lácides Martínez Ávila

Hipias de Elis era, según la historia, un típico factótum, esto es, un hombre que sabía hacer de todo. No es éste, desde luego, un caso único en la historia, ni es nuestro propósito presentarlo como tal. Se sabe, por ejemplo, que Leonardo Da Vinci dominaba diversas disciplinas y que, dicho sea de paso, era capaz de pintar con una mano mientras tomaba un dictado con la otra. También de Aristóteles se puede decir que era omniscio. Lo que llama la atención en Hipias es el hecho de que haya sido este filósofo el primero de quien se tenga noticia que reunía tantas y tan variadas aptitudes.

Es cierto que los Siete Sabios de Grecia —entre ellos Tales de Mileto---, lo mismo que otros pensadores antiguos, como Anaximandro, poseyeron un saber multifacético. Al mismo Homero se le atribuye cierta omnisciencia, aunque Jenófanes de Colofón se la niega rotundamente. Pero el que cultivó disciplinas más disímiles y, si se quiere, antagónicas, al menos en los tiempos antiguos, fue Hipias, de quien se puede asegurar que fue el primero en quien convergieron armónicamente la filosofía y el arte, cumpliéndose en él, pudiéramos decir, aquel famoso aforismo de Horacio que reza: “Omne tulit punctum, qui miscuit útile dulce” (“Gana todos los puntos el que mezcla lo útil con lo agradable”). Además, es preciso aclarar que no es lo mismo saber de todo que saber hacer de todo, del mismo modo que se puede saber de fútbol sin ser futbolista, o de política sin ser político.

Hipias de Elis, hijo de Diótipo y discípulo de Hegesidamo, y perteneciente a la primera generación de sofistas —comedios del siglo V antes de Cristo—, fue, además de filósofo: jurisconsulto, matemático, orador, poeta, pintor, escultor, musicólogo, artesano, joyero y hasta mecánico. Se cuenta de él que en unos juegos olímpicos se presentó ufanándose de haber fabricado, él mismo, sus sandalias, su túnica, su manto, su anillo, en fin, todo cuanto llevaba puesto.

Por otro lado, a Hipias se le considera el padre de la mnemotecnia, por cuanto se dice que era capaz de repetir, en el mismo orden y sin equivocarse, cincuenta palabras seguidas que oyese una sola vez. Asimismo, se declaraba en disposición de sostener una tesis con la misma eficacia y contundencia que la contraria.

Se han conservado de él, a través de Estobeo, algunas máximas como éstas: “Los envidiosos son dos veces desgraciados: una por la desdicha propia, y otra por la dicha ajena”. “La calumnia debiera ser castigada más severamente que el robo, porque los calumniadores nos roban la estimación publica, que entre nosotros es el mejor bien”.

No hay comentarios: