NO ME CASO
Yo digo que no me caso,
casarse es un desacierto;
mejor prefiero estar muerto
antes que dar ese paso.
El matrimonio es un lazo
de nudo bien corredizo;
si alguno enredarse quiso
en la red del casamiento,
desde ese mismo momento
adquirió un gran compromiso.
El connubio, sin piedad,
hace en más de una ocasión
actuar en oposición
de la propia voluntad.
Por eso a ninguna edad
me echaré ese lazo austero;
yo puedo, estando soltero,
andar con cualquier mujer;
mas, casado, paso a ser
un eterno prisionero.
Si alguna el ojo me clava
y me habla de matrimonio,
para mandarla al demonio
la lengua no se me traba.
Si un padre quiere a la brava
que matrimonio le dé
a su hija quien le gusté,
espero que se descuide
y, cuando no me lo impide,
me voy de allí donde esté.
A la mujer que es señora
y que aún no ha envejecido,
si carece de marido,
la cortejo sin demora.
Pero cuando se enamora
de mí cualquiera doncella,
por mucho que sea bella,
desecho su compañía
si noto que lo que ansía
es que me case con ella.
Lácides Martínez Ávila
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