LOGRÉ ARROJARTE AL LETE
Enamorado de ti
por mucho tiempo yo estuve,
mas hoy una vaga nube
tu recuerdo es para mí.
Apasionado, te di
un gran amor sin confines,
con intenciones no ruines,
sino en bondades muy ricas;
pero hoy nada significas
para Lácides Martínez.
Yo te amé cual ama un buzo
el oxígeno que lleva;
cual ama su oscura cueva
el lobo que le da uso.
Mi corazón en ti puso
sentires tan penetrantes,
que estuve en ciertos instantes
de suicidarme tentado,
pero ya tiré hacia un lado
ese amor que sentía antes.
Para ti hoy estoy lejano,
cual si estuviera en Sumatra,
porque ya no te idolatra
este pobre ser humano.
Hoy ni siquiera me afano,
como antes lo hice, por verte,
ni me importa ya la suerte
que en la vida correr puedas;
mi recuerdo de horas ledas
a tu lado, ya no es fuerte.
Te adoré con gran idilio,
como un niño a su juguete,
y para arrojarte al Lete
a los santos pedí auxilio.
Con facilidad concilio
ya por las noches mi sueño,
lo que antes ni con empeño
suprahumano conseguía;
ni de noche ni de día
de tu recuerdo hoy me adueño.
Lácides Martínez Ávila
No hay comentarios:
Publicar un comentario