A CIPRIANITA (8)
Para mí, mi noble esposa
es una virgen humana:
mi idolatrada Cipriana
es la prenda más valiosa.
Tiene un alma bondadosa
y un corazón sensitivo;
por ella es que me desvivo
en esta vida tan dura.
Para alcanzar su ventura
es que en el mundo yo vivo.
La adoro con toda mi alma
y siempre la adoraré,
porque en ella yo encontré
alivio, consuelo y calma.
Jamás morirá la palma
que nació en mi corazón:
esa sublime pasión,
ese amor ilimitado
que en mi pecho se ha enraizado;
¡jamás tendrá defunción!
Lácides Martínez Ávila
No hay comentarios:
Publicar un comentario