A CIPRIANITA (5)
Cuando estoy acompañado
de mi linda Ciprianita,
todo dolor se me quita
y las penas echo a una lado.
Si estoy lejos de Cipriana,
profunda tristeza siento
y no me siento contento
ningún día de la semana.
Pienso en mi amada lejana,
que si no me habrá olvidado…;
pero en cambio siento agrado
y placer dentro de mí
cuando allá en Curumaní
de ella estoy acompañado.
Tener siempre yo deseo
su agradable compañía;
inmensa melancolía
me invade si no la veo.
A su lado me recreo
mirando su faz bonita,
y el corazón me palpita
de gozo y felicidad
si estoy en proximidad
de mi linda Ciprianita.
A mí no me agrada nada,
lejos de Cripria, es decir,
yo ya no puedo vivir
alejado de mi amada.
Mi Ciprianita adorada
parece una virgencita;
cuando me encuentro cerquita
de esa muchacha tan bella,
ningún pesar me atropella,
todo dolor se me quita.
Cuando de ella estoy distante,
pierdo el sosiego y la calma
y se entristece mi alma,
porque la quiero bastante.
La recuerdo a cada instante
y la paso enguayabado;
en cambio estoy encantado
cuando a su lado me encuentro,
siento alegría por dentro
y las penas echo a un lado.
Lácides Martínez Ávila
No hay comentarios:
Publicar un comentario